Tú eres mi lámpara, oh Jehová; Mi Dios alumbrará mis tinieblas. 2 Samuel 22.29
No hay quien por mas santo y justo que se crea, no halla ofendido a Dios. Todos, de muchas y diversas maneras hemos ofendido a Dios, y esto es debido a nuestra naturaleza humana, a nuestra herencia pecaminosa. Entonces, en nosotros siempre habrá algún resquicio de tinieblas, algo que nos recuerda que somos humanos.
Por eso cuando brillamos, cuando somos luz, nos es nuestra luz, es Dios brillando en nosotros, es su luz la que nos alumbra y nos hace brillar para que otros también lleguen esa luz. Pero en algunos brilla con mas intensidad la luz de Cristo, son aquellos que cada día se esfuerzan en limpiar el cristal de su lámpara en la santidad, mientras más busquemos la santidad, mas brillante será nuestra luz, mas reflejaremos a Dios y menos tinieblas nos rodeará.
Humillarse bajo su poderosa mano hara que briyemos mas
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