Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. 2 Reyes 6.17
¿Por qué hoy no ven tantos milagros como antes? Tal vez porque se ha perdido el sentido de la fe. Es común escuchar que las personas ruegan y piden a Dios para que les solucione los problemas, para que destruya el enemigo, para que los rescate del maligno. En conclusión, se pide para que se cambie la situación adversa, pero no para que haya un cambio dentro de sí mismo.
Eliseo no ora para que el enemigo sea destruido y por liberación, ruega para que el siervo pueda ver lo que él mismo ya ve a través del ejercicio de la fe (Mayor es el que está con nosotros que el que está contra nosotros), entender que con Cristo todo lo podemos es algo grande y lo debimos haber entendido hace mucho, pero si alguno todavía desconfía que Dios lo puede librar, órele a Dios y pídale que le abra los ojos, que le de revelación, que le aumente la fe, que le permita conocer ese gran poder que Jesucristo nos ha dado, que podemos usar esos dones que Dios nos dio a través de su Santo Espíritu. Abre tus ojos… el enemigo ya está vencido.
¿Por qué hoy no ven tantos milagros como antes? Tal vez porque se ha perdido el sentido de la fe. Es común escuchar que las personas ruegan y piden a Dios para que les solucione los problemas, para que destruya el enemigo, para que los rescate del maligno. En conclusión, se pide para que se cambie la situación adversa, pero no para que haya un cambio dentro de sí mismo.
Eliseo no ora para que el enemigo sea destruido y por liberación, ruega para que el siervo pueda ver lo que él mismo ya ve a través del ejercicio de la fe (Mayor es el que está con nosotros que el que está contra nosotros), entender que con Cristo todo lo podemos es algo grande y lo debimos haber entendido hace mucho, pero si alguno todavía desconfía que Dios lo puede librar, órele a Dios y pídale que le abra los ojos, que le de revelación, que le aumente la fe, que le permita conocer ese gran poder que Jesucristo nos ha dado, que podemos usar esos dones que Dios nos dio a través de su Santo Espíritu. Abre tus ojos… el enemigo ya está vencido.
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