En caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos. 2 Corintios 11.26-27
Cuando vemos persecución en otros países, rogamos por nuestros hermanos que están sufriendo y nos unimos a ellos en oración, pero también agradecemos que no padezcamos lo mismo. Pero de padecerlo, en caso de sufrir tantos peligros, que estos sirvan de testimonio, que las personas vean, que tenemos un Dios tan grande que nos libra de todo ellos. Pablo en tantos peligros y el Señor lo preservó para anunciar este poderoso evangelio. No solo su predicación, su vida fue un testimonio grande para que muchos creyesen en aquél que lo libró.
Pues, el mismo Dios de Pablo es el mismo que tenemos hoy nosotros, Él no ha cambiado en nada, si estás en angustia clama a Dios, si estás en peligro clama a Dios y Él te guardará de toda acechanza del maligno, te responderá y te ayudará. Para que tu vida sea un testimonio a muchos, y así puedan llegar también a los pies de Cristo.
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