NO ME DEJES CAER EN TENTACION

No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer obras impías con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites. Salmos 141.4

En nuestro diario vivir nos relacionamos con mucha gente, llegamos a tener diferentes tipos de relaciones con las personas que nos rodean (esto incluye a los familiares). Con algunos nos entendemos mejor y con otros no tanto, esto por lo general sin importar la fe que profese cada cual, de tal manera que sin darnos cuenta, estamos en una comunión desigual. Y si bien no se pueden negar estas relaciones, porque sería necesario salir del mundo (piense en el inconverso que le vende la carne, el amigo del barrio o colegio que no es creyente, el familiar que no ha creído, etc.).

También es cierto que no se puede participar de pecados ajenos, cosas malas, obras impías e iniquidad, aunque se pueda estar tentado a agradar a estas personas, lo mejor es agradar siempre a Jesucristo, cuando alguno se sienta tentado a sonreír ante las cosas del mundo, piense que precisamente Cristo nos rescató de allí y nos ha dado de su Santo Espíritu, y pida a Dios dominio propio y que guarde sus pasos para no caer en tentación ni en lazo del diablo y haga suyo este pasaje.

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