He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Daniel 3.17
Aún recuerdo a un muchacho, que
queriendo agradar a Dios se subió a un bus y cantó una canción cristiana para
pedir dinero, como no le fue bien entonces cantó una canción mundana, pero le fue
peor, visto esto, se reflejó en su rostro la angustia y enojo y se bajó del bus
maldiciendo. Muchas veces el creyente no valora lo que ha recibido de parte de
Dios, mezcla lo espiritual con prácticas mundanas y luego se queja porque Dios
no le cumple.
Cuando confiamos plenamente en
Dios, nos abandonamos en Él, sin importar que nos aten y nos echen al horno de
fuego, entonces no solo nosotros seremos librados, sino todos aquellos que no
tienen nuestra misma madurez o fuerza, solo tres jóvenes bastaron para que
ninguno del pueblo de Dios fuese obligado a adorar la imagen de Nabucodonosor.
Solo uno puede hacer la diferencia. Solo necesitas creer en aquel que te tomó por
soldado. Recuerda que aunque estemos solos, con Cristo somos mayoría, y las
fuerzas del hades no prevalecerán contra estas iglesia. Recuérdalo siempre, si
te mantienes firme, Dios te sabrá librar y si no fuese así, sépalo todo el
mundo, no adoraremos otro Dios.
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