Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus
discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba
sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a
dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Marcos 10:46-47
Bartimeo se hallaba al margen de
la sociedad, excluida por esta misma, que se ha acostumbrado a que las personas
valen por lo que posean. Donde se comercia con favores y los individuos se
reduce a tan solo cifras en un informe. Allí se encontraba este hombre, tratando
de acercarse a Dios pero sin lograrlo. Ciego, sin poder ver el camino, aunque
estaba parado junto a Él.
Es la realidad de muchos en este
mundo moderno, mendigando un poco de Dios, tratando de encontrarlo en programas
de tv, en alguna nota de internet, desconociendo que Dios, desde hace tiempo no
solo los está llamando, sino que quiere darles a conocer ese inmenso amor que
solo él sabe dar, ese paz que ningún hombre puede dar, ese poder que viene de
lo alto. ¿Qué quieres que te haga? ¿Qué quieres hoy del Maestro? ¿Qué quieres
recibir hoy de Dios? Dispuesto está a mostrarte cosas grandes y ocultas que tú
no conoces. Dispuesto está a tener misericordia de ti, ten confianza, el Maestro
te llama.
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