El varón de Dios preguntó: ¿Dónde
cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e
hizo flotar el hierro. 2 Reyes 6:6
El Señor le estableció las leyes al
mundo y dio la sabiduría al hombre para que las comprendiese. Y aunque se
puedan desafiar, permanecen allí, escritas en la naturaleza. Y cuando algo
rompe estas leyes, nos sorprendemos y le llamamos milagro. Pero si algo conozco
de Dios, es que Él cuida de su creación, aunque el hombre insista en pervertir
todos los caminos.
Por ello, detuvo el sol cuando Josué
oró, la lluvia cesó cuando Elías oró y volvió a caer cuando nuevamente oró. Aún
las cosas más inverosímiles tienen sentido cuando le pedimos a Dios. Pero
vienen problemas a nuestra vida y confiamos más en nuestras fuerzas que en un poder
que fue capaz de crear el universo, sus leyes, los mares y aún todos los seres,
naturales y espirituales.
Crees acaso que Dios no puede obrar en tu problema por difícil que sea, Si tienes la fe suficiente, obrarás conforme a ella. El mundo, el adversario tratará de quitarte la fe, dirá que no puedes, que por más que te esfuerces no hay nada que hacer, y tienen razón, por eso confiamos en que cuando ya nuestras fuerzas no dan más, el Todopoderoso cambiará, alterará las leyes naturales, con tal de ofrecernos una respuesta y una salida. Recuerda, aún los vientos y los mares le obedecen, tienes la victoria asegurada. Tu sigues siendo su especial tesoro.
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