OBEDECER ES MUCHO MEJOR

Obedecer es mucho mejor

Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 1 Samuel 15.22

Estos días escuché la frase: “El que manda se puede equivocar, el que obedece nunca se equivoca” y aunque no estoy del todo de acuerdo con esta frase, si reviste cierta relevancia en cuanto a algunos aspectos. Cuando decides guiarte por tu propio parecer, por tu propio conocimiento, mandando, demandando y exigiendo, es normal que te equivoques continuamente. De allí que la Palabra de Dios nos enseñe que en la reunión de consejeros hay sabiduría.


Puedo tomar cosas del mundo, puedo tomar sus creencias y ser una persona exitosa, puedo hacer miles de obras de caridad, puedo ser muy buena persona, puedo hacerme amigo del mundo y esto no me va a salvar ni me va a poner a cuentas con Dios, porque Dios no está en el mundo. En el mundo estamos, pero no somos del mundo, nuestra ciudadanía es celestial, y como dignos representantes, como embajadores del reino de los cielos debemos comportarnos.

Y Dios en este pasaje nos está pidiendo dos cosas: obedecer, ¿a quién? A Dios, a través de su Palabra, la dejó escrita para que sepamos como debemos actuar, como debemos comportarnos con el mundo, con nuestra familia, nuestros hijos, nuestra pareja y más importante con Dios mismo, que si alguien desea corromperla o adulterarla, siempre podemos volver a ella, ya que es viva, eficaz e infalible.


Y dos, prestar atención, si te distraes el mundo te arrebata lo que tienes, te arrebata tu bendición, te arrebata tu esposa, tu esposo, hasta tus hijos, ¿has visto cuantos ancianos abandonados por sus hijos?, no prestaron atención. Todos esos supuestos deleites y placeres, no hacen más que distraerte para arrebatarte todas las bendiciones que Dios te ha dado. No pierdas la bendición, guarda, atesora cada una de sus bendiciones, no sigas al mundo, sigue a Cristo. Hoy puedes decirle al Señor, quiero obedecerte y prestar más atención.

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