Jesús le dijo: Si puedes creer, al
que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y
dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Marcos 9.23-24
Creer, el componente principal de la
fe y del creyente, subestimado por algunos, incomprendido por otros, no
valorado por muchos. Y aunque su significado más usado es “Tener por cierto, aceptar como verdad” Cuesta trabajo hacer uso
del creer sin condicionarlo.
Ojalá, tal vez, si Dios quiere, son
términos que debieran incluir el principio de creer por naturaleza, pero lamentablemente
lleva el valor opuesto, el de la duda, y es que la duda ahoga la fe. La duda
hundió a Pedro, la duda impide a Dios obrar.
Si puedes creer, Dios hará increíbles
cosas contigo, cuando el mundo se venga con todo su furor contra ti, saldrás
victorioso, cuando la catástrofe arrase la ciudad, tu casa se mantendrá
erguida, cuando la tormenta destroce los grandes barcos, tu pequeña embarcación
vencerá la tempestad. Si aceptas y reconoces que aún hay vestigios de duda en
tu vida, dile al Señor, ayuda a mi incredulidad, haz tu obra en mí. Hoy
necesito de Dios en mí, hoy necesito que su misericordia cambie lo malo en mi,
que transforme, que pueda yo entender, que abra mis ojos y pueda ver su obra
maravillosa en mí. Si tan solo puedes creer, cree en el Señor Jesucristo y el
hará.
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