Y DEJARON LAS ARMAS

Ovejas en medio de lobos

He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. Mateo 10:16 

Dios tiene su propia forma de hacer las cosas. Su paz no es como el mundo la da, su amor, es sin fingimiento, su victoria es sobre todas las cosas. Y cuando nos escoge, nos envía sin armas. Al menos no, aquellas capaces de causar daño, sino poderosas en Dios para derribar fortalezas, de orgullo, de altivez, de vanagloria.


Parece una locura enfrentarnos a una manada de lobo como ovejas, pero Dios ha mostrado incansablemente, que la mejor forma de llegar a las personas, de quebrantar vidas, no es a través de la violencia sino del ejemplo, por eso, Él mismo fue llevado al matadero, como cordero mudo no abrió su boca sino que se ofreció a sí mismo. Ese sacrificio, abrió la puerta para que millones y millones hoy sean salvos.

No se necesita un arma para conquistar al mundo, se necesita fe, gozo, amor, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, templanza, se necesita el fruto del Espíritu, se necesita que Dios more en nuestros corazones, se necesita su poder en nosotros, capaz de transformar vidas, de cambiar corazones.


No necesitas empuñar un arma, levantar tus puños o tu voz, necesitas a Cristo en tu vida, levantar las manos si, pero para adorar a Dios. ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Desarma tu corazón y entrega tu vida al Señor.

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