Bástate mi gracia |
Y me ha dicho: Bástate mi gracia;
porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de
Cristo. 2 Corintios 12:9
En ocasiones nuestros éxitos,
triunfos, victorias, nos hace creer que nuestros logros los obtenemos por
nosotros mismos, así que Dios permite ciertas circunstancias en nuestras vidas,
no porque le guste vernos mal, sino para formarnos, para moldear nuestro
orgullo, nuestro carácter, para que entendamos que dependemos de él. Cuando
clamamos a Él, entonces nos dice, bástate mi gracia.
Otras ocasiones, sentimos que todo lo
que intentamos fracasa, que parece que nada funciona, pero cuando miramos a
nuestro alrededor, las bendiciones que Dios ha dado, incluso desde la
perspectiva de otros, pareciera que anduviéramos siempre de bendición en
bendición, solo que no somos capaces de verlo, porque estamos enfrascados en
obtener algo efímero, y cuando miramos al Señor, él nos está diciendo bástate
mi gracia.
Esa gracia, es todo lo que
necesitamos en la vida, esa paz, esa tranquilidad, eso gozo, que solo el Señor
puede dar, No permitamos que el mundo nos arrebate lo que Dios nos ha dado, y
si tenemos alguna debilidad, diga el débil fuerte soy, porque nuestra fuerza,
nuestra fortaleza, no es nuestra, es la de Dios, él no se cansa ni se fatiga,
Él siempre va delante nuestro, trazando la ruta, para que no perdamos el
camino, nuestra mirada puesta en él, no en el mundo, no atrás, y cuando estemos desanimados, recordar, que
nos baste su gracia, es todo lo que necesitamos en nuestra vida.
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