Dios va adelante |
Yo iré delante de ti, y enderezaré
los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré
pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para
que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Isaías
45:2-3
De muchacho, en algunas ocasiones acompañé
a familiares a arrear ganado, en parte divertido en parte atemorizante,
mientras unos arreaban, otros atajaban, y de cuando en cuando correr a capturar
alguna res extraviada, en otras ocasiones, si se metía alguna en algún cultivo,
desastres hacía. Pero la ovejas son diferentes, El pastor llama a las ovejas,
estas reconocen la voz del pastor y le siguen, confían en que las llevará a los
mejores pastos a los mejores lugares.
Tal vez hasta aquí hemos andado por
nuestra cuenta, hemos tomado nuestras propias decisiones, unas acertadas otras
no tanto. Nos hemos provisto nuestro propio alimento espiritual y en ocasiones
no ha resultado ser más que basura. Por eso hoy, necesitamos la guía del buen
pastor, que Él vaya delante nuestro, asegurándonos el camino que conduce al
cielo, cierra por un momento tus ojos y escucha su voz, la voz del príncipe de
los pastores dispuesto a guiarte por un mejor camino, un camino donde tu pie no
tropiece en piedra, un camino que te conduce al cielo, un camino que aunque a
ratos difícil, tiene una meta maravillosa.
Cuando el Señor va adelante, los
caminos torcidos son enderezados, las puertas más fuertes son derribadas, todo
aquello que te ata, es desecho, y pondrá en tus manos, tesoros escondidos que
ni siquiera sabías que existían y conocerás secretos escondido para muchos,
pero ahora, reservados para ti. Deja a un lado todo orgullo, altivez de
corazón, y sigue al Señor, permítele ir delante de ti, permítele que trace tu
ruta, hasta llegar a la meta, al premio del supremo llamamiento. Entrar a la
tierra prometida, a la ciudad celestial, solo Él conoce el camino. Sigue a
Cristo.
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