Principio de Credibilidad |
Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no,
no; porque lo que es más de esto, de mal procede. Mateo 5.37
Estas palabras expresadas por el
mismo Señor Jesucristo dan cuenta que el hombre, especialmente el creyente
requiere integridad en su vida. Mencionar a Jesús como fuente de esta verdad es
porque muchos lo consideramos como la máxima autoridad de credibilidad. Pero la
verdad es que toda la escritura es inspirada por Dios, por lo tanto, toda ella
requiere la misma credibilidad puesto que es la infalible Palabra de Dios.
Santiago habla de no jurar, y que
nuestro si sea si y nuestro no no, en Gálatas, en Tito, proverbios, salmos, en
Job, aún desde Génesis; vemos una insistencia a que seamos de una sola forma de
hablar, que seamos íntegros. Tal vez el mundo, la sociedad nos tengan
acostumbrados a la mentira, a los juramentos, al convencer con tretas con
engaños. Pero el Señor, a través de su bendita Palabra nos invita a que nuestra
obrar sea acorde a nuestro hablar, que nuestra vida sea ejemplo a muchas
personas, esto también es ser luz a los que andan en tinieblas. Que seamos
íntegros.
No importa nuestras capacidades, nuestro
conocimiento, ni nuestra elocuencia. Importa que cuando hablemos de Cristo, de
ese ser maravilloso que transformó nuestras vidas, lo vean en todo lo que
hacemos, no solo en nuestro hablar, también en nuestro andar, en nuestro diario
vivir. Que si te ven en la calle, no halla necesidad de preguntarte ¿eres
cristiano?, sino que sientan que hay algo diferente en ti, que sientan que
pueden confiar en ti, que vean que sobre ti, hay uno mayor que tú, al cual
sirves con amor y convicción. Que vean que eres un verdadero hijo de Dios, el
principio de credibilidad no se impone, se demuestra.
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